Polémica corporación manejará nuevamente recursos de la cultura en Santa Marta
Los entes de control adelantan investigaciones por los contratos que la Alcaldía de Santa Marta celebró con esta controvertida corporación creada por el hijo del reconocido periodista Darío Arizmendi.
El pasado 3 de octubre, mientras el país amanecía con la incertidumbre de la paz tras la derrota del SÍ en el plebiscito para la paz, el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, se ocupaba en firmar nuevamente un contrato con la polémica corporación La Perla Cultural, que durante la pasada administración estuvo en el ojo del huracán por las irregular inversión de $5 mil millones del presupuesto de la cultura.
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Ese día, Rafael Martínez firmó el contrato 004 de 2016 con la Unión Temporal DT Cultural, que está conformada por la empresa Douglas Trade S.A.S. y por la controvertida corporación, cuyas irregularidades en el manejo de los recursos en los anteriores contratos, revelados en su momento por Seguimiento.co, conllevaron a que los entes de control iniciaran investigaciones en contra del exalcalde Carlos Caicedo Omar y la exsecretaria de la Cultura Laura Agudelo.
Como fue denunciado en su momento por este medio, la Perla Cultural, una corporación creada por el reconocido diseñador Alejandro Arizmendi, hijo del periodista Darío Arizmendi, recibió recursos por 5 mil millones de pesos sin contar con la experiencia requerida para operar tal cantidad de dinero del sector cultural.
Arizmendi, cofundador de esta corporación no es experto en temas culturales ni conocido en este sector, aunque sí tiene un gran reconocimiento local en el mundo de la construcción por su empresa Lattitude, la misma que la Alcaldía ha contratado para la mayoría de los diseños de sus obras públicas.
El contrato suscrito en esta ocasión con la Unión Temporal a la que pertenece la Corporación La Perla Cultural es por más de 1.345 millones de pesos para operar durante tres meses (de octubre a diciembre) los centros culturales comunitarios, las escuelas distritales de música, gestionar la programación de la agenda cultural y el plan maestro de cultura.
Llama la atención que una de las exigencias de este contrato, relacionada con la línea de la agenda cultural, implican la “realización de talleres artísticos, eventos en las instituciones educativas distritales, actividades para incentivar la lectura”, paradójicamente en los meses en que las aulas estarán vacías por las vacaciones de fin de año.
El contrato también plantea la necesidad de “realizar un proceso de difusión y divulgación de los servicios institucionales”. En otras palabras, buena parte de los recursos de este contrato irán dirigidos a pagarles publicidad a los medios de comunicación, precisamente el punto de quiebre que tuvieron los polémicos contratos que celebró la Alcaldía con esta corporación, pues gran parte de los 5 mil millones que en teoría eran para realizar actividades culturales, en realidad iban al pago de publicidad en los medios de comunicación, entre esos el mismo medio para el que trabaja el reconocido periodista Darío Arizmendi, papá del beneficiario del contrato.
“Dichos procesos serán objeto de una estrategia de comunicación y publicidad que garantice el impacto y masificación de dichas experiencias en los distintos medios de comunicación para lograr impactar en forma positiva a la comunidad de Santa Marta”, dice expresamente el contrato.
En estos momentos, el exalcalde Carlos Caicedo y la exsecretaria Agudelo se enfrentan a una investigación disciplinaria en la Procuraduría, asimismo, el contralor Edgardo Maya Villazón recientemente ordenó el traslado a Bogotá de varios procesos que se llevan en contra de la Alcaldía de Santa Marta, entre esos el de los polémicos convenios firmados en 2015 con esta corporación, que nuevamente operará recursos de la cultura por cuenta de este contrato que se ejecutará en los meses de fin de año.
Entretanto, las redes sociales de la polémica corporación hablan por sí solas: en Twitter, el usuario @perlacultural únicamente se movió durante el tiempo que se vio beneficiada con los convenios que hoy son materia de investigación. Desde el mes de diciembre de 2015, la cuenta no tuvo un solo movimiento. Igual sucede en su página de Facebook.
Lo anterior demuestra que esta corporación al parecer no tiene vida propia, sino únicamente cuando recibe contratos de la Alcaldía de Santa Marta. No extrañará entonces que en contados días comiencen a publicar.